Sin lugar a dudas, lo que más me gusta de la fotografía, es el placer de disfrutar de la luz.
De la luz y de todas sus características. Las sombras, las penumbras, las texturas, las tonalidades. La fotografía engancha, por que no es más que jugar con la luz. Comprenderla y disfrutarla.
Pero luego hay cosas como el siguiente vídeo.
Cuando pones 1000w de luz en un dron.
Entonces te conviertes en el amo y señor de la luz. Y claro, pasa lo que pasa.
Ví este vídeo hace años. Y cada vez que lo veo tengo que acabar con la cabeza hundida en la almohada, para que nadie oiga mis alaridos.
No conozco suficientes adjetivos admirativos para calificar el puto vídeo… de llorar.
Exactamente. Aquella famosa frase de “una luz bajó del cielo, y me cantó” que dicen al principio de Encuentros en la tercera fase, se refería a esto….