Bueno, llegados a este punto, si todavía os queda un poco de cordura, os la voy a arrebatar como quién mata, en verano, y a desgana una mosca cojonera.
Esta entrada tenía que ser la segunda parte de la entrada sobre las ópticas de cine, pero al final lo he puesto en un post separado, más que nada por comodidad
El otro día vi esta magnifica película llamada “Ventajas de viajar en tren”. Opera prima de Aritz Moreno. Una adaptación de la novela del mismo título de Antonio Orejudo (que en cuanto vuelva a la piel de toro voy a buscar).
Tremenda película que demuestra que sí hay un gran cine español. Eso sí, si os estoy hablando de ella, os podéis hacer una idea que no es una película para todos los públicos. Ésta es una película que bien podría estar entre “El club de la lucha” de David Fincher, y “Arrebato”, de Iván Zulueta. Con eso ya os podéis hacer una idea. Pero, aparte de la(s) delirante(s) historia(s), los personajes, y como no, la fotografía y la iluminación, una cosa que me dejó completamente fascinado es la utilización en gran parte del metraje de ópticas angulares bastante extremas, dando la sensación de que la imagen se sale de la pantalla. Si la veis (que lo haréis), entenderéis a que me refiero. Buscadla y disfrutadla, de verdad.
Apuntada queda
Es un pedazo de grupo de película.