El señor Lobo es peculiar para los gustos musicales.
A pesar de escuchar música selecta, en la soledad de la noche gusta de escuchar música más ligera, siempre sin abandonar los sonidos tradicionales, mientras su escultura de humano de porcelana mira, impasible, el fuego de la chimenea.
Los de Rammstein deben estar ahorcándose por tiempos….
Como poco! Igual les da por cambiar los teclados por acordeones!